martes, 29 de marzo de 2016

Pastos y forrajes utilizados en la alimentación animal

Los pastos constituyen la fuente de alimentación más económica de la que dispone un productor para mantener a sus animales. Sin embargo, depende de un manejo adecuado el que un pasto desarrolle todo su potencial para desarrollar las funciones de crecimiento, desarrollo, producción y reproducción en los animales.

Los pastos constituyen la fuente de alimentación más económica de la que dispone un  productor para mantener a sus animales. Sin embargo, depende de un manejo adecuado el que un pasto desarrolle todo su potencial para desarrollar las funciones de crecimiento, desarrollo, producción y reproducción en los animales.

Cuando se habla de manejo adecuado de pastos y forrajes, se deben tomar en cuenta algunos aspectos como:
  • La necesidad o no de implementar riego.
  • La necesidad de mantener buenas técnicas de drenaje.
  • El modo como ha de ser sembrado o establecido el pastizal.
  • La conveniencia o no de la rotación de potreros.
  • El establecimiento de asociaciones con otros pastos.
  • La capacidad de carga de pasto.
  • La tolerancia del forraje en cuando a algunos factores como la quema, la sequía, el aguachinamiento, las heladas, el pisoteo, suelos ácidos, suelos pobres y otros.
  • La presencia de sustancias tóxicas para una especia animal determinada.
La mayoría de estos factores están determinados directamente por el pasto en cuestión. El productor debe entonces conocer las características del mismo y de los animales que esta criando para poder implementar un manejo adecuado de potreros, pastos y forrajes.



Cuidados para la siembra de Raigrás anual


El raigrás anual es hoy en día el recurso forrajero invernal que se está imponiendo en la zona por la gran producción de pasto en cantidad y calidad durante los meses más fríos del año.

El raigrás anual es una especie de gran producción pero muy exigente en su manejo. La siembra es el primer paso para lograr la implantación de un buen verdeo y debemos tener cuidado en la preparación del suelo, la calidad de la semilla, la elección de la variedad y la fertilización, para comenzar el pastoreo lo antes posible, el otoño es la época de siembra.

Decididos a sembrar raigrás la preparación del suelo es una medida importante dado que cuanto más prolongado sea el barbecho mejor será la implantación, permitiendo un  mejor control de malezas, mayor almacenaje de agua y descomposición de los restos vegetales.

La labranza tradicional (rastra de discos y dientes) incorpora el material vegetal al suelo (pastos y malezas), lo airea y permite la descomposición de los restos vegetales, con lo cual tendremos una mayor cantidad de nutrientes disponibles para las futuras plantas.

En suelos preparados con labranza tradicional la semilla queda en mejores condiciones para la germinación, es más adecuado el contacto semilla-suelo y la profundidad de siembra lograda, así obtendremos una emergencia más rápida y uniforme.

A esto se suma una mayor disponibilidad de nutrientes inicial (mineralización de restos vegetales), y en consecuencia se logra anticipar el inicio de la utilización (corte o pastoreo), y obtener una mayor producción total de forraje acumulado. En la implantación de una pastura tiene una gran importancia la calidad de la semilla utilizada. Si sembramos semillas de mala calidad vamos a tener problemas de implantación (emergencias tardías, falta de plantas, malezas). Por eso recomendamos realizar análisis de calidad de semilla previos a la siembra.

Es necesario tener en cuenta que el raigrás es una especie muy exigente en fertilidad, y que nuestros suelos son ácidos y pobres en fósforo, nitrógeno y materia orgánica. La fertilización con fósforo es imprescindible, se recomienda agregar como mínimo 80 kg/ha de superfosfato o fosfato diamónico a la siembra e incorporada al suelo. Si agregamos diamónico es mejor, porque además del fósforo, estamos sumando algo de nitrógeno, que va a ayudar a acelerar el desarrollo inicial de las plantitas. La mejor respuesta a la fertilización con nitrógeno se logra fraccionando la aplicación para permitir que el nutriente esté disponible para la planta y evitar que se pierda (volatilización o lavado) echo más probable si se aplica todo junto.

Antes del primer pastoreo es inevitable que se den dos condiciones: el anclaje y la cobertura inicial. Se logra un buen anclaje cuando el animal al pastorear corta el pasto (come solo hojas), pues si arranca completamente la planta se producirá un raleo. La cobertura será adecuada con un 75 % del suelo cubierto, sino debemos esperar que la planta macolle y se desarrolle un poco más, ya que los espacios libres que queden van a ser sitios disponibles para que los ocupen las malezas. En general, debemos esperar alrededor de 60 - 70 días desde la siembra para iniciar el pastoreo, pero esto puede variar con el año (lluvias y temperatura) y con la fertilización.