Los herbicidas han sido la clave durante
años para el control de las malas hierbas en los cultivos extensivos.
Pero en algunas zonas ciertos productos están
perdiendo efectividad que antes tenían: son las denominadas
resistencias de las malas hierbas. En este artículo te explicamos qué son,
cómo hacerles frente y sobretodo, cómo prevenirlas.
¿Qué son las resistencias a los herbicidas?
Es la capacidad de una población de malas hierbas a
sobrevivir a un tratamiento concreto, y que esta capacidad la mantengan las
generaciones siguientes. Hay que dejar claro que la causa de la resistencia no
es el propio producto fitosanitario, si no la presión de selección que se
ejerce encima de la población de malas hierbas que tenemos en la parcela.
¿Cómo Hacer frente a una problemática global desde
nuestras explotaciones?
Pues haciendo lo que nos proponen los principios de la
Gestión Integrada de Plagas, alternando los medios de lucha químicos
con todos los métodos culturales para hacer frente a las plagas de nuestros
cultivos. A continuación te mencionamos las técnicas más importantes:
- Utilizar herbicidas con distintos modos de acción: de esta forma se reduce la presión de selección, y con ella el riesgo de aparición de resistencia
- Rotación de cultivos: Alternar cultivos amplía el margen de utilización de herbicidas con distintos modos de acción. Además, siempre que sea posible, hay que combinar cultivos de siembra otoñal con otros de siembra de primavera. Así, los trabajos de preparación del terreno realizados en distintas fechas ayudan a la eliminación de las malas hierbas más persistentes.
- Romper el ciclo de las malas hierbas: para combatir las malas hierbas, es fundamental conocer su ciclo biológico y utilizar métodos alternativos para romper el ciclo las especies más problemáticas.
- Sembrar semilla certificada: el uso de semilla certificada nos asegura que no diseminamos semillas de malas hierbas por nuestros campos.
Vale mas prevenir que curar
Hay que tomar conciencia del problema de las resistencias
antes de encontrarnos con él, puesto que una vez tenemos el problema, ponerle
solución es mucho más complicado. La gestión integrada de plagas es la mejor
solución, hay que considerar todas las alternativas antes de hacer un
tratamiento químico.
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