miércoles, 20 de abril de 2016

Preparación de la tierra: Labranza del suelo

Arados, cinceles y subsoladores


Arado de rejas



El arado en sus diferentes formas, ya sea como arado de discos (grade de discos) o como arado de rejas es probablemente la herramienta más conocida para la preparación de la tierra, usado tanto en países desarrollados como en países en desarrollo. No existe otra herramienta que simbolice el desarrollo agrícola como el arado.



El arado es usado principalmente para la labranza primaria o sea, para abrir el suelo con el objetivo de aflojarlo para facilitar una buena penetración de las raíces y cortar y enterrar las malezas.

Arado de discos o Grade de discos
Las desventajas del arado incluyen:

• La arada repetida a la misma profundidad puede crear un piso de arado o capa compactada
• Dar vuelta totalmente el suelo puede resultar en pérdida de humedad por evaporación

• Trae las semillas de maleza de las capas profundas del suelo a la superficie dando lugar a una mayor infestación de malezas en el campo




Cultivador 

Los cultivadores con cinceles pueden ser usados en la fase de transición para romper suelos severamente degradados y sin estructura antes de que la estructura comience a recuperarse. 

Para el uso bajo la Agricultura de Conservación los cultivadores arrancadores o de cinceles deberían ser capaces de manejar los residuos superficiales ya sea usando discos de corte colocados adelante de los cinceles o proporcionando suficiente espacio vertical entre los vástagos y el timón para permitir un flujo libre de los residuos a través del equipo. 
También se debe evitar que los cinceles levanten terrones lo cual sería una razón para una segunda operación de labranza al preparar la cama de semillas. Esto se obtiene eligiendo el momento con la humedad ideal del suelo, cuando este está migajoso y prefiriendo elementos con los vástagos inclinados hacia los lados.



Subsolador
Los subsoladores y los cultivadores profundos son usados para romper capas duras o compactadas de suelo con el objetivo de mejorar la infiltración del agua y la penetración de las raíces. La punta del subsolador se coloca inmediatamente por debajo de la capa compactada, por lo general a profundidades entre 25 y 60 cm.

Sus desventajas incluyen:

• Alto requerimiento de energía
• El suelo debe estar en el punto preciso de volverse en migajas hasta la profundidad de intervención
• Las puntas se rompen fácilmente cuando se usan incorrectamente y las puntas gastadas reducen el efecto
• Cuando no se usan correctamente la tasa de infiltración de agua no mejora significativamente




martes, 19 de abril de 2016

Resistencias a los herbicidas: un problema que vale más prevenir que curar



Los herbicidas han sido la clave durante años para el control de las malas hierbas en los cultivos extensivos. Pero en algunas zonas ciertos productos están perdiendo efectividad que antes tenían: son las denominadas resistencias de las malas hierbas. En este artículo te explicamos qué son, cómo hacerles frente y sobretodo, cómo prevenirlas.

¿Qué son las resistencias a los herbicidas?

Es la capacidad de una población de malas hierbas a sobrevivir a un tratamiento concreto, y que esta capacidad la mantengan las generaciones siguientes. Hay que dejar claro que la causa de la resistencia no es el propio producto fitosanitario, si no la presión de selección que se ejerce encima de la población de malas hierbas que tenemos en la parcela.

¿Cómo Hacer frente a una problemática global desde nuestras explotaciones?

Pues haciendo lo que nos proponen los principios de la Gestión Integrada de Plagas, alternando los medios de lucha químicos con todos los métodos culturales para hacer frente a las plagas de nuestros cultivos. A continuación te mencionamos las técnicas más importantes:

  • Utilizar herbicidas con distintos modos de acción: de esta forma se reduce la presión de selección, y con ella el riesgo de aparición de resistencia
  • Rotación de cultivos: Alternar cultivos amplía el margen de utilización de herbicidas con distintos modos de acción. Además, siempre que sea posible, hay que combinar cultivos de siembra otoñal con otros de siembra de primavera. Así, los trabajos de preparación del terreno realizados en distintas fechas ayudan a la eliminación de las malas hierbas más persistentes. 
  • Romper el ciclo de las malas hierbas: para combatir las malas hierbas, es fundamental conocer su ciclo biológico y utilizar métodos alternativos para romper el ciclo las especies más problemáticas.
  • Sembrar semilla certificada: el uso de semilla certificada nos asegura que no diseminamos semillas de malas hierbas por nuestros campos.

Vale mas prevenir que curar

Hay que tomar conciencia del problema de las resistencias antes de encontrarnos con él, puesto que una vez tenemos el problema, ponerle solución es mucho más complicado. La gestión integrada de plagas es la mejor solución, hay que considerar todas las alternativas antes de hacer un tratamiento químico.